Washington.- (Redacción/ Agencias) Vivir cerca del mar y escuchar el ruido de las olas reventar a poca distancia de tu casa, traería una serie de beneficios para la salud, tanto física como emocional.
Según lo revelan: una serie de estudios llevados a cabo en importantes universidades de diferentes países alrededor del mundo, que demuestran que el placer de pasar un día en la playa está relacionado directamente con la reducción del estrés psicológico.
De acuerdo a una investigación de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, la razón yace en que el ambiente que se genera en lugares próximos al océanos incentiva la práctica regular de actividades físicas -caminatas, trotes, surf, etc.- que son beneficiosas para la salud física y mental.
Otro estudio realizado por la Universidad de Exeter, en Inglaterra, confirmó que el sonido de las olas activa el córtex prefrontal del cerebro, un área asociada a las emociones y autorreflexión, constata Infobae.
Asimismo, el aire salado que se puede respirar en las áreas próximas al océano provoca mejoras en el sistema respiratorio. Conforme a las investigaciones, aquellas personas que padecían de enfermedades como asma o bronquitis, presentaron una disminución significativa de sus síntomas cuando se establecieron cerca de la playa.
Por otro lado, la exposición al sol (protegida y limitada) favorece la producción de vitamina D, fortaleciendo el sistema inmunológico y elevando los niveles de endorfinas también conocidas como “hormonas de la felicidad”. El agua salada, además, hidrata la piel y aumenta la circulación.
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