Washington.- (Redacción/ Agencias) La Cámara de Representantes deberá volver a votar mañana miércoles la versión reconciliada de la reforma fiscal del presidente Donald Trump y de la mayoría republicana, debido a violaciones técnicas a las reglas parlamentarias.
Aunque la cámara baja aprobó la iniciativa por 227 votos a favor y 203 en contra, y los republicanos esperan aprobarla en las próximas horas en el Senado, el proyecto de ley tendría que ser regresado a la primera cámara para un voto final de dos iniciativas idénticas.
Las violaciones técnicas incluyen una disposición que permite a las familias exentar de impuestos las cuentas de inversiones escolares para quienes educan a sus hijos en casa, exenciones fiscales a centros de educación superior e incluso el nombre oficial de la legislación.
Los demócratas se quejaron que más del 80 por ciento de los beneficios de la reforma fiscal beneficiarán a los más ricos de Estados Unidos, en detrimento de la clase media. Durante la votación en la cámara baja, todos los demócratas votaron en contra y se les sumaron 12 republicanos.
La posición de los demócratas es compartida por los estadunidenses, ya que un sondeo de CNN muestra que 55 por ciento de la población se opone a la reforma fiscal.La versión reconciliada de la reforma fiscal reduce los impuestos a las personas con ingresos superiores a los 500 mil dólares al año del 39.6 por ciento actual a 37 por ciento.
De la misma forma, el impuesto a ingresos corporativos baja del 35 por ciento al 21 por ciento y mantiene múltiples exenciones fiscales a empresas.De último momento, la versión incluyó un pago de hasta mil 400 dólares al año a personas con ingresos de menos de 30 mil dólares al año, una concesión para lograr el voto del republicano Marco Rubio.
La iniciativa elimina el llamado Mandato Individual que obliga a los estadunidenses a contar con seguro de salud o pagar una multa; un análisis de la Oficina Presupuestal del Congreso estima que eso podría dejar sin cobertura a otros 13 millones de personas.
Además, se crea un nuevo sistema tributario territorial para desalentar la salida de empresas del país y alentar el regreso de capitales, a través de un esquema que sólo grava ganancias domésticas. Para el regreso de capitales, la iniciativa contempla un “impuesto de repatriación” de 7.5 por ciento o de 14.5 por ciento en el caso del dinero en efectivo.
Aunque los republicanos sostienen que el plan promoverá el crecimiento económico, estudios independientes coinciden que dejará un hueco fiscal de un billón de dólares en una década, lo cual aumentará la deuda nacional.